Baby Love




Obscuro y profundo silencio nocturno de la ciudad de Calibdris. Tacones de mujer resuenan en un solitario callejón. Las lluvias torrenciales de hace un rato, ahora habían cesado, dejando un húmedo escenario por el que Baby Love camina. La semi anegada calle en la parte trasera de un inmenso complejo habitacional, ubicado en la parte noreste de la ciudad, le daba acceso a una poco visitada entrada, por la cual pretendía ingresar a la edificación.
Baby Love, sabía bien como hacer ese tipo de cosas, cosas como encontrar puertas traseras o entradas olvidadas, ella, sabía bien de estos y otros muchos asuntos….algunos de ellos, asuntos que solo una chica conoce, otros, cuestiones que solo un soldado de élite sabe…
 
El anhelado y lujurioso encuentro con su amada fémina oriental, quien la espera en cierta habitación de aquel inmenso complejo, es su único pensamiento… Baby Love entiende que la ama... aún sabiendo lo que sabe, aún evitando el conocimiento de que, aquella belleza asiática, no lo era tanto, sino más bien que su extraña  belleza era, un compendio de tecnologías cuidadosamente planeadas y ensambladas, la hermosa Ruri338 era producto de siglos de conocimiento  en ingeniería, robótica y genética aunados, hija confeccionada por grandes errores y placenteros aciertos, de infinitas preguntas, de impensados obstáculos que vencer, para culminar en una simple androide sexual con inteligencia artificial avanzada…y adquirida a un buen precio, pero a Baby Love no le importaba nada de eso, solo sentía amarla.
En estos tiempos era fácil enamorase de aquellos modelos nuevos, tan inexplicablemente reales para algunos. Era fácil para cualquiera perder el rumbo ante aquellos encantos programados, sus cuerpos eran hermosos logros tecnológicos, hechos con músculos y membranas, venas y sangre, eran una mezcla entre ingeniería genética y robótica avanzada, ninfas paridas en mesas de trabajo y de dibujo y fabricadas por otros androides similares. Así, de esta suerte, eran brindadas a los humanos, para ser usadas en satisfacer una necesidad primaria determinada… Pero algunos de estos autómatas, adquirían un tipo de memoria residual, los técnicos le llamaron “memodrop” una falla, una gota de memorias anteriores, que en ocasiones, derivaba en estados de consciencia… una consciencia de sí mismos a la cual llegaban tal vez por  manipulación genética, tal vez por intervención divina. el hecho era que las memodrop existían.
Variedad de situaciones inconvenientes se sucedieron, incidentes acontecían en los que androides, del tipo sexual por lo general, eran destruidos con gran violencia o en caso contrario, amados con enfermiza pasión, por supuesto no existía ningún castigo por cometer el homicidio de un androide, mientras el pago del bien hubiese sido hecho. Algunos desahogaron sin medida, las más desenfrenadas locuras contra inocentes androides. A pesar de semejantes actos de violencia, la fabricación de autómatas no disminuyó, y su gran similitud a los humanos, también causó grandes ventajas, a saber que: la trata de personas disminuyó en gran medida.
Los ingenieros al darse cuenta de la existencia de las “memodrop” supieron que esto constituiría un problema, esta situación significaba enfrentar una disyuntiva, la de considerar a los autómatas con derechos... o seguir con su uso, sin profundizar en asuntos legislativos y filosóficos complicados… Y sin embargo, surgieron preguntas, cuestiones difíciles de responder. Si un androide tiene consciencia de sí mismo ¿tendrá derechos? en consecuencia a esto ¿tendrá también deberes?. Otros se preguntaron: ¿considera un androide la existencia de un Dios? ¿Puede un androide discernir si está siendo amenazado? Y si es así ¿el hombre es una amenaza para el androide? Y por ende ¿ tiene un androide el derecho a defenderse en caso de ser amenazado?. Estas y otras cuestiones atormentaban la mente de algunos sabios pensadores, pero a Baby Love no.
Al llegar a la entrada del complejo, se sintió ansiosa… algo incomoda… al verificar su estado en el mapa zonal de su muñeca la pantalla no indica ningún peligro ni presencia de fuerzas de ocupación en las cercanías, sin embargo; y sin saber porqué… sintió eso, eso que había sentido muchas veces en batalla, eso que se siente antes de la acción armada, esa ansiedad, esa mezcla entre miedo y corazón furioso, aquel acto de supervivencia necesario en la guerra… pero porqué ahora? Porqué ahí? Instintivamente, comprobó la nueve milímetros que lleva siempre.
Contó un cargador entero y seis  en el arma.
Observó con cuidado pero esta vez, usando una visión de implante genético, de inmediato la vista térmica muestra a los ocupantes de los habitáculos cercanos, en el primero, se ve a un hombre tomando alguna bebida fría, sentado en una mesa, mientras sostiene su cabeza en actitud de angustia, en otra habitación, una masa casi indescifrable, sobre una cama, que se mueve rítmicamente enardeciendo las escalas térmicas del implante visual. Nada anormal. Al llegar a la puerta de la habitación y gracias a la visión térmica logró ver a la delgada y pequeña Ruri338 que la espera. Parece mirarse en un espejo empotrado en la pared, tal vez, peinando su negro cabello, sin sospechar que es observada, inocente, solo espera. Continuará…
León Bonet 7/11/016



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